Tanto si eres taurino como si no, es muy probable que, como albaceteño/a o visitante, hayas visitado la plaza de toros de esta localidad.
En esta entrada al blog te hablo de la historia de la plaza de toros "Vieja" y de la plaza de toros "La Chata".
Todo se remonta al año 1564 en el cual, el acta del cabildo de la ciudad, fechado el 29 de mayo, acordó la celebración de fiestas de toros en la plaza del Altozano el 24 de junio con motivo de la celebración de San Juan, patrón de la capital albaceteña.
Las dos primeras plazas de toros:
la primera plaza de toros de obra que se construyó en Albacete data de finales del siglo XVIII y estuvo situada en el paseo de la Feria. Popularmente fue conocida como la plaza de «Caulín», en recuerdo del que fuera su primer empresario. En 1829 fue inaugurado el segundo coso taurino de Albacete, conocido como plaza de toros "Vieja", con capacidad para 7 400 espectadores.
Foto realizada por la Compañía General de Aviación en 1917:
Ya en el siglo XX, en 1916, el entonces alcalde Fco. Fontecha propuso la construcción de una nueva plaza ante el estado de deterioro que presentaba la anterior.
El 20 de septiembre de 1916 se celebró una reunión en el Ayuntamiento para tratar el asunto, y tras la exposición del alcalde se propuso la construcción de una nueva plaza de toros argumentando, en primer lugar, los motivos de falta de seguridad del viejo coso y también la certeza de que con la nueva plaza se podía dar más esplendor a la Feria y, en consecuencia, atraer a más turistas. La respuesta positiva de los numerosos asistentes a la reunión no se hizo esperar y fue aceptada con aclamación. En esa situación tan favorable para el cambio, los albacetenses y al frente de todos ellos la corporación municipal, se pusieron manos a la obra y sin pérdida de tiempo, se abrió en aquel mismo acto en el ayuntamiento una suscripción popular, que inicialmente alcanzó la cantidad de 299.750 pesetas como inversión para la construcción, elevada posteriormente a 338.250 pesetas, con el añadido de otros socios que se adhirieron posteriormente a la idea. A pesar de la difícil situación económica del momento, se hicieron acciones de 250 pesetas pagaderas en 10 mensualidades, concediéndose al ayuntamiento el derecho de amortizarlas por sorteos anuales al tipo de emisión.
Se constituyó por escritura pública, otorgada ante el notario Juan Ciller el 9 de noviembre de 1916, una sociedad anónima con el título de "Taurina de Albacete" para la construcción y explotación de una plaza de toros, con un capital de 350.000 pesetas, elevado después a 500. 000 pesetas.
Imagen de la plaza de toros "Vieja":
Se estuvieron realizando estudios para lograr el lugar más adecuado y de máxima rentabilidad y el enclave no podía ser otro, lógicamente, que terrenos situados en las inmediaciones de la Feria, pues de esa manera se seguiría con la tradición al estar situado el viejo coso en una zona cercana y, también, se lograba dar esplendor e importancia a la zona ferial por aquella época.
Por ello, se hicieron ciertas negociaciones que llevaron consigo algunas dificultades y al final de todo se adquirió para solar un bancal que tenía una cabida de 7 005 m², a lo que se unió posteriormente una huerta con una extensión de 11 122 m². Se pagaron por la primera finca 17 512 pesetas y por la segunda 17 000 pesetas.
La sociedad anónima Taurina de Albacete, creada para tal fin, eligió como arquitecto al ilustre Julio Carrilero, arquitecto de gran renombre en la Nueva York de La Mancha. Las obras comenzaron el 17 de febrero de 1916 y concluyeron, en un tiempo récord, el 9 de septiembre de 1917, día en el que se inauguró.
La plaza de toros de Albacete tiene clara influencia mudéjar, manifestándose en las torretas y la puerta principal con un arco en forma de herradura.
Construcción de la nueva plaza de toros, "La Chata":
Además del amplio tendido, posee una extensa grada cubierta y todas las dependencias necesarias para la celebración de festejos taurinos.
En 1918 se reformaron los tendidos, colocándoles piedra de Novelda, que es la que actualmente aún existe. En 1921 se cambió la cubierta y unos veinte años más tarde se amplió el aforo hasta los 12 000 que hoy conocemos.
A priori la plaza, de nueva edificación, conocida como La Chata, contó con casi 10 000 espectadores calificándose de 3ª categoría por motivos fiscales y, así, al tener menos de 10 000 espectadores, pagarían menos impuestos. A posteriori, tras la alta demanda de espectadores y la escasa oferta de asientos, se pasó a plaza de toros de 2ª categoría aumentando la cantidad de espectadores a esos 12 000 mencionados previamente.
"La Chata", una de las plazas más emblemáticas de España:
Vídeo fuente: Canal Sur Televisión en YouTube.
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