Si alguna vez has paseado por el centro de Albacete, habrás sentido la imponente presencia de la Catedral de San Juan Bautista. Su fachada monumental parece guardar silenciosamente siglos de historia y secretos que pocos conocen.
Desde su origen en el siglo XIII hasta los impresionantes murales de Casimiro Escribá, la Catedral combina arte, historia y espiritualidad en un solo espacio. Es imposible no sentirse atraído por la sensación de misterio que envuelve cada rincón.
¿Sabías que la construcción comenzó por la parte trasera y que los murales incluyen detalles de lugares tan lejanos como Nueva York o los Andes argentinos? Son solo algunas de las curiosidades que hacen que este monumento sea único.
La historia de la Catedral se remonta a la iglesia primitiva dedicada a San Juan Bautista, que a su vez se levantó sobre construcciones anteriores datadas desde 1414.
A lo largo de los siglos, la edificación experimentó ampliaciones, restauraciones y cambios que reflejan distintas épocas. Cada fase constructiva dejó su huella, visible en la combinación de piedras de diferentes tonos y texturas, algunas provenientes de Murcia, Valencia o Cuenca.
La elección de empezar la obra por la parte trasera, en lugar de la fachada principal, es un detalle poco común en la arquitectura religiosa, que refleja decisiones prácticas y estéticas de aquel tiempo.
La Catedral no solo es un lugar de culto, sino también un testimonio de siglos de historia de Albacete, donde se mezclan estilos gótico, renacentista, barroco y neogótico, creando una armonía que sorprende al visitante.
El interior del templo esconde una de sus joyas más espectaculares: los murales pintados a mano por Casimiro Escribá entre 1958 y 1962. Escribá, sacerdote y pintor valenciano, dedicó su tiempo libre a esta obra monumental mientras continuaba su labor pastoral.
Cada pared y capilla es un viaje visual que narra escenas bíblicas, pero también incorpora elementos de la vida cotidiana y referencias a lugares que marcaron la experiencia del artista. Es posible reconocer los picos nevados de los Andes argentinos, los rascacielos de Nueva York o incluso las pirámides de Egipto.
Estos detalles no solo muestran la riqueza artística de Escribá, sino que transforman el recorrido por la Catedral en un viaje entre la historia local y la historia del mundo.
La Catedral alberga la imagen original de la Virgen de los Llanos, patrona de la ciudad y de la Diócesis de Albacete. La devoción que genera esta figura entre los albaceteños es profunda y se refleja cada año durante sus festividades.
Próximamente, abrirá sus puertas el Centro de Interpretación de la Virgen de los Llanos, un espacio pensado para acercar a visitantes y devotos a la historia de la patrona, a su iconografía y a los tesoros patrimoniales que la rodean.
Este centro permitirá comprender no solo la importancia religiosa de la Virgen, sino también su influencia en la vida cultural y social de Albacete, reforzando el vínculo entre la ciudad y su patrimonio espiritual.
Pasear por la Catedral es descubrir secretos que no se ven a simple vista. La construcción “de atrás hacia adelante” sigue siendo un detalle sorprendente para historiadores y visitantes, mientras que la mezcla de estilos arquitectónicos ofrece una experiencia visual que cambia según el lugar desde donde se observe.
Los murales de Casimiro Escribá, además de contar historias bíblicas, esconden símbolos y referencias a lugares y experiencias que invitan a la reflexión.
Cada columna, cada bóveda y cada detalle decorativo posee un significado y un trasfondo que enriquecen la experiencia de quienes se detienen a mirar con atención.
Para apreciar completamente la riqueza de la Catedral es recomendable dedicar tiempo a recorrer la nave central y las capillas laterales.
Observar con detalle los murales permite descubrir elementos escondidos y la narrativa global que Escribá quiso transmitir. Prestar atención a la fusión de estilos arquitectónicos y a los detalles de las piedras antiguas permite comprender mejor la evolución histórica del edificio.
La visita se completa al acercarse al futuro Centro de Interpretación de la Virgen de los Llanos, que añadirá un contexto cultural y espiritual que hará la experiencia más enriquecedora.
La Catedral de San Juan Bautista de Albacete es mucho más que un edificio religioso; es un testimonio vivo de la historia, el arte y la devoción de la ciudad.
Cada piedra, cada mural y cada rincón cuenta historias que atraviesan siglos y conectan lo local con lo global. Visitar la Catedral es sumergirse en la historia de Albacete, descubrir secretos y maravillarse con el talento de artistas y constructores que dejaron su huella en cada detalle.
Este monumento nos recuerda que los espacios históricos no solo son patrimonio físico, sino puentes entre el pasado y el presente, donde la memoria, la cultura y la espiritualidad se encuentran y se enriquecen mutuamente.
A continuación, puedes echar un ojo al siguiente explicativo sobre la historia del templo:
Vídeo fuente de "Albacetesinmas" en YouTube.
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