Es de saber que en Albacete, todo edificio histórico previo al S.XXI era más bonito que las moles de las que dispone actualmente esta ciudad.
Azorín, a su paso por este centro económico-demográfico-industrial de Castilla-La Mancha, por aquella época Región de Murcia, se quedó impresionado con la belleza que irradiaba el municipio de Albacete. Tanto se asombró que incluso dedicó un poema a la ciudad de Albacete gracias al cual, ganaría el nombre de la Nueva York de La Mancha:
"Frío y llanura; laderas rasas.
Frío y navajas de Albacete.
Albacete, que arranca a un río fuerzas colosales.
Maquinismo, modernidad de Albacete.
Derroche de luz eléctrica en Albacete.
En la noche, un enorme halo resplandeciente sobre la ciudad.
Nueva York; todo a máquina, todo con máquina.
Trigo, molinos con maquinaria extra-moderna.
Trigales inmensos, caminos; Don Quijote y Sancho.
Y la vertiginosidad del expreso, que deja un remolino de polvo en la llanura."
Azorín.
Esta modernidad se plasmó en un antes y un después en la plaza del Altozano de Albacete y sus alrededores. En el S.XX la plaza del Altozano se llamaba la plaza del Caudillo y plaza del Progreso.
En este mismo lugar también se podían ver la casa Cortés,
la plaza del Progreso o plaza del Caudillo, el paseo de José Antonio
y el Convento de San Agustín (sede de la real Audiencia de Albacete).
Históricamente en la actual confluencia de la c./Marqués de Molins y el ps./Libertad, pasaba el río Piojo del cual se encontraron hallazgos en las obras de remodelación del mismo paseo entre 2021 y 2022.
Actualmente nombres de los mismos lugares son: Ayuntamiento Viejo de Albacete (casa Cortés), plaza del Altozano (plaza del Progreso o plaza del Caudillo), ps./Libertad (paseo de José Antonio) y el Palacio de Justicia de Albacete (Convento de San Agustín).
Otros edificios de interés dentro de la plaza del Altozano son: el edificio de La Unión y el Fénix Español
y el edificio del Banco de España en Albacete.
No cabe duda que, edificios como el convento de S. Agustín han desaparecido por otros, tal vez, de más o menos agrado para el viandante tanto visitante como albaceteño, como es el caso del Palacio de Justicia de Albacete. Indudablemente, como ciudadanía es de gran importancia conservar el mínimo patrimonio que en la ciudad de Albacete sigue presente para preservar la identidad albaceteña y la cultura y patrimonio tan característicos de la Nueva York de La Mancha.
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